¡Alto dulce!

Hace algún tiempo -si mal no recuerdo alrededor de la época en que avisó que se venía a Buenos Aires- Doña Sistinas cometió el error de comentar cuánto extrañaba, entre otras cosas, el dulce de leche. Al parecer en el pueblo de España donde vive no es algo fácil de conseguir, y para colmo el que consigue ni siquiera es muy de su agrado. Y digo «error» porque siendo el dulce de leche algo tan simple de preparar, poco me faltó para secuestrármela y enchufarle dicha preparación con un embudo en la boca. Siendo que hoy en día soy algo más sutil la invité a casa para que preparáramos dulce de leche casero. Ni lerda ni perezosa, en seguida se nos unió Chocolette Hime.

 

 

Ayer vinieron ambas a casa (Sisti también trajo al joven Luc) y nos largamos a cocinar. Al final se hizo tan fácil y rápido que cuando me di cuenta había «hecho» todo yo. Todo lo relacionado con la receta va ahí más abajo, pero no me voy sin insistir lo bien que lo pasé. Primero cocinando, luego viéndolas jugar a un fichín de Sailor Moon en mi arcade, compartiendo unos panchos y finalmente con unas rondas de Dixit. Me faltan más días así.  : )

No linkeo a ningún lugar en especial porque es una receta bastante genérica con proporciones bastante simples.

Dulce de leche casero

  • 1 litro de leche entera
  • 250 g de azúcar
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • Opcional: 1/2 cucharada de canela

Colocar en una olla la leche, el azúcar y la vainilla y cocinar con la hornalla al máximo, revolviendo ocasionalmente.

Retirar la olla del fuego apenas rompa en hervor y agregar el bicarbonato. Es importante hacerlo con la olla fuera del fuego ya que el bicarbonato hace que la leche levante un extra de espuma por unos instantes.
Colocar la olla de nuevo en el fuego y seguir revolviendo para evaporar la leche. Revolver con mayor frecuencia a medida que la preparación va tomando color y se va poniendo espesa.

Más o menos cuando toma el color del producto terminado se vuelve necesario bajar el fuego al mínimo y revolver constantemente para que el fondo de la olla no se queme. Cuando al «cortar» el dulce con el cucharón se puede ver el fondo de la olla es que ya falta poco.

La prueba de consistencia se hace colocando una cucharadita de dulce de leche en un platito y «cortando» esta vez con el dedo: si no se vuelve a unir, es que ya está.  Enfrascar.
Esta receta rinde aproximadamente 400 gramos de dulce de leche, que van bastante bien en un frasco de mermelada estándar.

Vale hacer una aclaración: Muchas recetas indican que el tiempo de preparación es de como 3 horas. Yo supongo que será con la olla al mínimo para revolver también lo mínimo indispensable. La cuestión es que si se usa una olla alta y/o se tiene cierta cancha con la perilla de la hornalla se puede hacer en menos de la mitad del tiempo. Yo no tengo problema de estar hora y media revolviendo, subiendo y bajando el fuego según lo necesario y a lo sumo se me han formado algunos (deliciosos) grumitos, que en última instancia se deberían poder pueden colar perfectamente.

[box type=»bio»] TIPS: Muchas recetas indican poner un platito dado vuelta o un puñado de canicas en el fondo de la olla para que al hervir todo se mezcle solo.
¿Yo? No sé si le confiaría la preparación a cualquiera de estos implementos. Menos que menos les confiaría mi olla antiadherente. Y la la otra (de aluminio)… tampoco. [/box]

 

Una foto publicada por Antares (@antares_chan) el

El veredicto

Chocolette y Sistinas son testigos de como se me voló la peluca cuando probé este dulce de leche. Y ahí fue cuando se los confesé: la semana anterior había probado la receta… pero ni de casualidad me había quedado tan bien. Ahí fue cuando me di cuenta de la diferencia: la vez anterior había usado leche descremada. Y no parecerá mucha diferencia entre el 1,5 y 3% de grasa que tienen la leche descremada y la entera, pero en esta preparación es crucial.
Y no es que el dulce «descremado» haya salido feo… Pero el «entero» me quemó la bocha, tanto en consistencia como en sabor.
Conste que no fue solo a mí, ¿eh? Al final de la velada nos habíamos bajado medio frasco con tostadas (¡y coco!) más lo que «limpiamos» de la olla.

Había leído que es el bicarbonato lo que hace que el dulce de leche tome ese color tan bonito y que varía según la cantidad que se use (más bicarbonato = dulce más oscuro). En la realidad no sé cuánto haya influído, ya que cuando hice el dulce «descremado» usé el doble de cantidad que con el dulce «entero» y el color no varió gran cosa. Me queda en el tintero probar de hacer un dulce sin bicarbonato, a ver qué onda.

EDIT: Me como mis palabras y en efecto: el bicarbonato influye mucho en el color del dulce. Si no se usa, el dulce de leche queda con el mismo sabor… Pero termina pareciendo miel. Si se usa de más queda casi negro (también, con el mismo sabor). Ojo con esto, ya que no es poca la gente a la que el sabor le entra por los ojos. 

A mis amigotchis latinos viviendo en lugares donde no hay dulce de leche/manjar/arequipe les digo: esta es la posta. No será tan estúpido como hervir latas de leche condensada, pero definitivamente le rompe el culo. Es más: si se arman un micro-emprendimiento de dulce artesanal, dudo que les vaya mal. Hace algunos años compré en un puesto del Parque Chacabuco y estoy casi segura de que era esta misma receta. Recuerdo que lo vendían común, con coco, canela, chocolate y vaya a saber qué más.
Después no me vengan con que no les avisé.

 

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