Liberación felina

Yo sé que la primavera me pone contenta (es parte de eso de tener SAD) pero ya hacen varias semanas que todas las cosas vienen saliendo todas muy bien. Que me estoy organizando bien para todo, que al crío le está yendo de maravilla en el cole, que mi salud está increíble (logré bajar 11 kg sin demasiada complicación, estoy teniendo buen ritmo en el gimnasio, los análisis de laboratorio están impecables) y las gatas… Las gatas se pacificaron.

No fue ningún secreto lo complicado que me las vi cuando adopté a Luna el verano pasado. Al principio la cosa no parecía mal pero Kirby, que inicialmente no parecía tener tanto problema, pronto empezó a demostrar su disconformidad ante su nueva «hermana». Y es que Kirby resultó especialmente territorial y dispuesta a no darle ninguna cabida a la nueva integrante. Ninguna información que pudiera googlear me sirvió: Kirby se las ingenió para atacar a Luna siempre que pudiera y siendo que es más peque, Luna estaba aterrada.
Las malas vibras se fueron acumulando hasta cierto episodio (creo que aun era Abril) en que Kirby me atacó y empezó a mostrar claros signos de stress. Afortunadamente no hizo falta medicarla (yo ya tuve que tomar antibióticos una semana) y ya tenía turno para la Dra. Meygide, la etóloga de Veterinaria Honorio. Le contamos todo con lujo de detalles y luego de muchas explicaciones nos indicó separar los territorios de las peludas con una reja y armarles al menos dos cuchas en cada lado. Y darles al menos un mes antes de volver a consultar.
Entre los herreros que no me devolvían las llamadas, cobraban una barbaridad y otros que directamente me dejaban plantada, tardé exactamente un mes en tener la reja. Al principio ninguna de las dos quería saber nada: Kirby quería meterse al Lado de Luna a toda costa, Luna no quería ni pasar frente a la reja y se «petrificaba» al ver a Kirby. Un par de veces la negra se nos escapó y atacó a la lechosa.

Alrededor del mes empezamos a notar que se empezaban a relajar y dejar de estar tan pendientes una de la otra. Como la reja es cuadriculada, empezaron a meter las patitas y treparse para jugar. No recuerdo exactamente cuando fue que empezamos a abrir la reja, viendo que Kirby ya no tenía aquel fervor de saltarle a la yugular a Luna. Luna, a su vez, cada día se movía con mayor soltura ante Kirby.
El gran paso se dio cuando vimos a Kirby ignorando completamente a Luna.

Fue para el principio de la primavera que empezamos con sesiones más largas de reja abierta. Cada día se evidenciaba más que si a Kirby se le iba la mano y lastimaba a Luna era de bruta y juguetona (siempre lo fue) y no de jodida. De la misma forma, Luna empezó a provocar a Kirby para que juegue con ella, por más suicida que siempre me pareciera. Ayudó mucho que Luna haya terminado siendo mucho más caradura de lo que hubiera esperado, ya que con cuidado y con paciencia fue invadiendo el territorio de Kirby hasta acostumbrarla (Kirby siempre se metió al de Luna con total desfachatez). Kirby también tiene su mérito ya que resultó mucho más inteligente de lo que le daba crédito, necesitando nada más que comandos de voz para que deje tranquila a Luna cuando la molestaba (no sin que me proteste, pero bueh).

Ayer inauguré la Liberación Total Felina y la intención de no volver a cerrar la reja salvo algún motivo de fuerza mayor. Kirby estuvo más inquieta que de costumbre, pero entre que les moví todo de lugar no la culpo. Aparte de abrir la reja también junté los platitos de comida, y las piedritas volvieron al cuartito del fondo. Logré sacar esta foto:

 

 

Anoche vi a Luna una par de veces tratando de conquistar el último bastión: mi cama. Y a Kirby correrla con la esperada celeridad. Esta mañana me desperté con Luna oliéndome la cara (¡susto!) y con Kirby a mis pies mirándola con cara de nada. Al rato se durmieron las dos, y yo no pude volver a dormir.

 

 

En definitiva Kirby pasó de saltarle a la yugular a Luna a dormir plácidamente en la misma cama con ella (aunque sigue teniendo importante tendencia al bullying). ¿Luna? Pasó de petrificarse (posta) cada vez que veía a Kirby a invitarla a jugar (¡y no morir en el intento!). Yo pasé de no dormir por conflictos de territorio a… ¿no dormir porque me coparon la cama?
Pero estoy contenta. Mis mininas me demostaron que el trabajo duro y la constancia tienen su recompensa, y que la plata gastada (en reja, consultas, etc) es una buena inversión.

 

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