Good Riddance

Diciembre se va y con él mis pestes. O más o menos, pero no bajo los brazos.
El dolor causado por el quiste del mal brilla por su ausencia y los efectos colaterales de la medicación van mejorando también. A buena hora cabe decir, tan cerca de las comilonas de las fiestas ¡no admito problemas estomacales!

Lo que sí, la calor sigue como siempre (sin matar, la que mata es la humedá’) y curiosamente luego de dos días de puros maníses salados empecé a sentir calor. Porque estoy tan dada vuelta que ni calor me da para sentir… No es que esté bueno esto del calor, pero se siente un poquito menos anormal.

El domingo hubo ultra producción fotográfica con el dorima tras la cámara, todas mis locas lindas frente a ella (su humilde servidora incluída) y un maquillaje de la hostia. Debo fotos del backstage, aunque sea.

Hoy salgo a hacer compras navideñas y cruzo los dedos por terminar con eso pronto. Simplemente NO DA para salir con este lorca. No nos vamos a escapar de comprar un aire para casa… Yo que tenía ganitas de ahorrar (ni idea para qué, pero bueh).

NECESITO hacer pan dulce. No solo es un excelente regalo para estas épocas, sino que es rico. El año pasado apenas hice, aunque sea necesito sacarme las ganitas de amasar.

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