Ayer fue el cumple de Aleja y -como era obligación- hubo rejunte.
El lugar elegido fue Hard Rock Cafe (ese, el del Buenos Aires Design) y me sorprendí mucho de darme cuenta de que muy apesar de haber pasado importante parte de mi juventud por los pagos de Recoleta, nunca había ido al bendito restaurante (porque de «café» en realidad no tiene mucho).
La salida estuvo muy divertida y hacía mucho que no veía a las damas. Como de costumbre, las fotos son robadas (gracias, Ale♥)
Aleja con su regalochi: una Ariel de como un metro de altura. Obviamente, tuve que preguntar si la remera era pura coincidencia o alguien había arruinado la sorpresa. Me aseguraron que nadie abrió la boca. ;P
Esta la debe haber sacado Aleja (porque no aparece, juas). Debo destacar la comida del lugar, que a pesar de ser así bien «yanki» estaba muy rica. Tuve ganas de probar alguno de los platos que llevaban mac ‘n’ cheese, pero finalmente opté por un sandwich de lomito (muy correctamente bautizado de «Buenos Aires») con un rico licuadito de frutilla.
Si me preguntan, Dana estaba muy en pelotas. No por puritana, pero ¡me daba frío solo de verla! De haber sido una noche de verano vaya y pase, pero anoche entre la lluvia, el frío y el viento… Creo que me da pulmonía solo de acordarme.
Por lo visto volví a la maldita costumbre de cerrar los ojos siempre que veo el flash. >_< Desde que llegamos miramos con demasiadas ganas esas copitas, y solo puedo decir que valen cada centavo. Muy a pesar del tamaño, son «heavy», y cada opción es más rica que la anterior. Terminamos la noche piponísimas y rodando. :3 Premio especial para la cararrota de Laura. Fue gracias a ella que nos terminamos llevando unos pines del Hard Rock, luego de varias peripecias e intentos frustrados de reservas y demases. Una noche espectacular, que ha de repetirse.
