Grasshopper Cheesecake

Si hay algo que todos odiamos es que se nos ponga fea la comida. No fue hasta ayer que me di cuenta que tenía en la heladera dos potes de queso crema a nada de vencer. Dos potes que ni siquiera eran míos, ya que los compró Facu la otra vez que fuimos al mayorista.
Luego de insultarlo un rato corto (para algo estamos casados) me puse a investigar para qué podría yo usar queso crema, siendo que nunca fue de mis ingredientes favoritos. Pensé en hacer cupcakes o cobertura para cupcakes ya que este finde festejamos el cumple del heredero, pero me pareció mejor no hacerlo. Si soy arriesgada de comer ingredientes menos que frescos, vaya una. Con mis invitados… mejor no.

Así que me puse a googlear. El heredero había disfrutado mucho del Grasshopper Pie que hice hace un tiempo y quería más. Siendo que ya no tengo más malvaviscos (y que lo que tengo que usar es queso crema, caramba) me pareció interesante hacerme una variación pero como cheesecake. Total, resultó casi tan fanático de la menta como su mamá.
La receta es un Frankenstein de varias que chusmeé y la verdad me saco el sombrero ante lo bien que quedó sin proponérmelo.

Cheesecake de menta y chocolate

  • 300 g de galletitas de chocolate rellenas
  • 50 g de manteca derretida
  • 600 g de queso crema
  • 3 huevos grandes (o 4 medianos)
  • 1 taza de azúcar
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 1/2 cucharaditas de esencia de menta
  • opcional: colorante verde (o el que más te guste)
  • 100 g de chocolate de taza picado

Precalentar el horno a 150°C.
Procesar las galletitas hasta pulverizarlas. Yo uso Pitusas en especial porque vienen en paquete de 300 g. Si no se usan galletitas rellenas es importante aumentar la cantidad de manteca o es posible que la mezcla no ligue.
Mezclar bien el polvo de galletitas con la manteca derretida y forrar el fondo y laterales de una tartera. Cocinar a por 10 minutos.

En un bol mezclar el queso crema, el azúcar, los huevos, las esencias y el colorante. Batir hasta que esté homogéneo.
Verter sobre la tartera forrada con galletitas y cocinar por 60 minutos (en mi caso unos 40) o hasta que el centro esté casi-casi a punto. No asustarse su crece descomunalmente (después baja) o si se dora un poco. Apagar el horno pero dejar el cheesecake adentro unos 20 minutos más.
Decorar con el chocolate picado mientras todavía está algo tibio (para que se derrita un poco) y mandar a la heladera.

ESPERAR un par de horas antes de atacarlo, ya que se toma su tiempo en tomar bien el sabor final.

 

El veredicto

¿Soy sincera o les miento? Soy sincera: esta receta es algo… meh. Y acá mi problema es compararla con el Grasshopper Pie que hice hace un tiempo, que era la puta hostia. El sabor es rico:  mentolado y bien equilibrado con el dulzor. La textura es agradable: con el queso crema bien suave y cremoso.
Pero el Grasshopper Pie… Eso estuvo glorioso.

Si te gusta la menta como a mí, te va a encantar esta receta, por más que a mí no me emocione demasiado. Y no sé si será porque a demasiada gente no le gusta, pero no se ven demasiadas recetas con menta. La menta y el chocolate serán de cierta forma como la manzana y la canela (inseparables) pero la realidad es que salvo helado, chocolates y algún caramelo o pastilla no se suele ver demasiada variedad de preparaciones.

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