No suelo tomar batidos, licuados… milkshakes muy seguido. Mucho no me apetecen, si soy sincera.
Pues bien, ya no más. Después de esta receta (o al menos este «truquito») calculo que voy a estar tomando licuados hasta reventar. Y conste que es bastante light…
Aprovecho y comento que la falta de recetas no es nada raro: estoy a dieta. Mucha «experimentación» y me fui al joraca. Por suerte voy bien y rápido (ya llevo 4 kilitos bajados) pero todavía falta un tanto más. Sin más preámbulos…
Licuado de frutilla
- 3/4 de vaso de frutillas
- leche (puede ser descremada)
- Azúcar o edulcorante a gusto
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Llenar 3/4 del vaso con frutillas (sin cabito ni hojitas). Completar con leche.
Endulzar a gusto. Yo le mandé dos cucharaditas de Hileret Light. Agregar la esencia de vainilla.
Licuar con ganas y servir.
El veredicto
Un 10. ¡Un 15!
Y no, no tiene gran ciencia hacer un licuado… Pero tampoco es raro que el licuado de frutilla quede medio «soso».
¿El detallito de la vainilla? Le da un toque engañoso que evoca al helado. Y sin tener una sola cucharada.
De más está decir que seguro sirva con otros sabores.