Ayer fui al médico.
Como era en el Centro, me junté con Mr. Dorima y -aparte de hacer unos trámites en el banco- pasamos un ratito por La Revistería, el local donde otrora funcionara Camelot.
Curioso fue ver -por primera vez de cerca- ese local tan… revivido. Creo que todos los de mi generación todavía tienen fresco en su memoria el recuerdo de ese escueto antro de vicio historietil. La verdad fue genial pasar, ver las paredes tapizadas de historietas y babear con parva de títulos.
En un momento hasta me agarró el viejazo y recordé las viejas épocas en que se podían contar en pocas manos los títulos de manga que nos llegaban.
Cuánto tiempo, no? Yo cursaba mis últimos años de secundario y hace pocos meses cumplí los 30.
Jo.Der.
En fin… Pues viciosos como todavía somos, Mr. Dorima y yo nos pusimos a chusmear los títulos y en cierto momento me regocijé, apuntando hacia los tomos de La Rosa de Versalles.
Más tarde Mr.Dorima twitteó de que se trató de una compra impulsiva, pero difiero: Cuando llevás años queriendo algo y finalmente lo encontrás, para colmo a buen precio ¿califica de impulsivo? A mi parecer no.
Debo decir que es una muy linda edición. La impresión es buena, lo mismo que el papel y si bien está espejada (en sentido de lectura occidental) tiene pocos problemas de gramática/ortografía/estilo y demás.
Lo que más me gusta es que esté completa. No sé qué decir, pero a veces siento que estoy muy vieja para las cosas que salen con periodicidad. Prefiero esperar a que termine y comerme todo de un tirón.
Quienes hayan visto la serie me entenderán cada vez que grito «OSCAAAAAR!!!» |
Así las cosas vuelvo a mi clausura, que sentarme a la PC mucho no me ayuda. 🙁