Todavía en la onda de abrir los regalos de las fiestas, hoy le dimos a una «black cake» galesa que le regalaron a mi Pá. No del todo galesa porque es «made in Chubut», pero después de mi intento fallido de hash browns, me quedaron las ganas de comer algo britanicoide.
¿Lo más loco? Leer en la caja de la tortita, quién fue el ancestro que trajo la receta. Hubiera creído que le gustaban más las galletitas, y que en vez de Gales venía de otra parte. XD
¿Y la torta? Rica y esponjosa, pero mi pan dulce le rompe el… Pan dulce. XD
Parece que todavía tuviera el envoltorio, ¿no? No parece especialmente plasticosa en la realidad, pero la parte de arriba es bien brillante, a pesar de tan oscura.
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