Esta receta la hice el mismo día que hice el helado de dulce de leche granizado y en realidad fue mi primer opción de «antidepresivo». Como a la mayoría de los mortales, me encanta la pasta de avellanas con chocolate (seh, la Nutella) y cuando por primera vez la comí como helado mi vida cambió completamente. Bueno, no. Tampoco la pavada pero Uds. me entienden.
Así que ni bien me pintó un buen bajón hormonal quise armar mi propia receta. Porque la verdad es que no me gustó del todo ninguna de las que vi por ahí. Casi todas tenían algún ingrediente que realmente no tenía ganas de ponerle a mi helado de Nutella. Sí, Nutella. Ni manteca, ni ron, ni chocolate en polvo. Solo Nutella, biatches.
Helado de pasta de avellanas con chocolate
- 200 g. de pasta de avellanas con chocolate (un pote chico de Nutella)
- 500 ml. de crema
- 1 lata de leche condensada
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Mezclar la pasta con la leche condensada y la esencia de vainilla en el recipiente que vamos a llevar al freezer (para no lavar de más). La pasta es espesa, así que hay que darle con ganas. Batir la crema hasta lograr picos firmes y unir con la otra mezcla. Batir un poco más. Mandar al freezer o a la máquina de helado.
El veredicto
Al igual que el dulce de leche granizado esta receta es rayana en lo estúpido, lo cual es excelente. Se hace rapidísimo y como es bien espesa (y grasosa) se congela bien sin necesidad de máquina de helado. Aunque seguro queda bien con un poco más de overrun. Calculo yo que será por la poca solubilidad de la pasta de avellanas que al no mezclarse uniformemente con el resto de los ingredientes termina con un aspecto símil granizado. O talvez no tuve suficiente paciencia al mezclar la pasta. Inesperado, pero muy lindo. ♥
En términos de sabor esta receta debería estar prohibida por la Convención de Ginebra porque es una bomba. De hecho, maldito sea el momento en que se me ocurrió preparar tal arma química (de ahí el nombre de esta entrada). Me gusta mucho este sabor de helado, pero recuerdo más de una vez estar sentada en la heladería y haber deseado que le hubieran puesto un poco más de amor (y de Nutella…). No es el caso de esta receta, que se pasa de sabrosa. Hubiera esperado que fuera de esos helados berretas que te dejan el paladar todo grasoso, pero jamás pasó ¡y eso que a esta receta no le falta materia grasa!
Esta receta rinde: Aproximadamente litro y medio de helado (apenitas sobrepasa el kilo). Para los fácilmente empalagables: supongo que se puede suavizar más agregando una taza de leche. ¿A mí? Me gusta así como la hice.