Postre de chocolate y menta en su salsa

No dije nada al respecto, pero ayer estuvimos en la guardia porque resulta que el niño salió sorteado por una molesta sinovitis transitoria de cadera. Esta sinovitis es de esos dolores que vienen solos, joden mucho y tardan más de lo que deberían en irse.
Siendo que el heredero va a tener reposo casi que total por algunos días, se me dio por hacerle algo rico para apapacharlo.

Esta receta la vi en My Virgin Kitchen hace poco y me pareció interesante, pero al ir a abrir mi alacena y ver la pobreza (y que por el paro general no podía ni ir a comprar) tuve que arreglármelas con esta otra versión.
Al final creo que fue mejor haber usado la otra versión, ya que no sé si la primera hubiera entrado en mi asadera (de masomeno’ 30 x 19 x 4 cm).

Mi problema con este manjar es que no sé muy bien como llamarlo. «Pudding» es un postre genérico y «self-saucing» sería… ¿auto-ensalsante? Aparte que el postre en sí es un bizcochuelo y lo loco es esa cocción en la salsa.
Ma’ sí. Uds me dirán en los comentarios cómo será mejor ponerle.

«Chocolate and mint self-saucing pudding»

  • 150 g de harina leudante
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 70 g de chocolate negro (con leche, semiamargo, el que te guste)
  • 1 1/2 cucharaditas de esencia de menta
  • 50 g de cacao amargo
  • 200 g de azúcar
  • 80 g de manteca derretida
  • 125 ml de leche
  • 1 huevo
  • 500 ml de agua o leche hirviendo
  • crema, helado u obleas para acompañar

Precalentar el horno en 180°C y fritolinear una asadera apta para horno. Poner a hervir el agua/leche.

Mezclar la harina, el bicarbonato, la mitad del cacao y la mitad del azúcar en un bol.

En otro recipiente mezclar la manteca, la leche y el huevo.

Unir los contenidos de ambos recipientes hasta formar una masa símil bizcochuelo.

Cortar el chocolate medio a lo bruto y agregarlo con la esencia a la masa.

Verter la masa sobre la asadera. De ser necesario, emparejar con una cuchara.

Una vez que el agua/leche haya hervido mezclar con el restante de cacao y azúcar hasta formar una salsa. Verter suavemente la salsa sobre la masa del bizcochuelo y mandar todo al horno por aproximadamente 30 minutos o hasta que al pinchar el bizcochuelo el cuchillo salga solo con salsa (masa no, salsa sí).

Durante la cocción notaremos que el bizcochuelo asciende a la superficie, dejando un colchón de salsa por debajo.

Una vez listo lo dejamos enfriar, pero no del todo. Comerlo calentito con crema, helado, obleas o lo que más guste.

El veredicto

La realidad es que este postre es tan rico como parece, y al menos a mí me sedujo primeramente por los ojos.
El bizcochuelo es ultra suave y chocolatoso. De hecho a mí se me complicó servir porciones grandes ya que se desarmaba un poco. La salsa, que me parecía poca cosa al principio, resultó tener una textura de lo más agradable.

 

¿El sabor? MOY rico, en especial el toque de menta. Aunque perfectamente se le podría agregar otros sabores sea con coco rallado, jugo y ralladura de naranja, esencias, etc. Es una receta de lo más versátil.
En mi humilde opinión me hubiera gustado que fuera un poquito más dulce, me pareció muy amarga. Es más, le hubiera agregado leche condensada en lugar del azúcar para hacer una salsa de brigadeiro. Pero vio como es una, que le gustan las cosas hiper dulces. Ya a Facu le pareció el sabor justo, aunque le resultó demasiada la cantidad de salsa.
Mi único verdadero problema con esta receta es que llena mucho. Cuando ataqué quise una segunda porción y… no la pude terminar. ¡Yo, el terror del chocolate! Inadmisible.

Así que si te gusta el choco más amarguito y con muuuucha salsa, esta receta es lo tuyo. Y con lo fácil que es de preparar no hay excusa.

 

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