Leche condensada casera

Ya se deben estar cansando de todo lo que nombro a mi suegra favorita y los ingredientes que cada tanto nos regala, pero yo no. Y es que parecerá algo tonto, pero que en los últimos tiempos me ha dado la posibilidad de experimentar mucho en la cocina, algo que me encanta hacer.

Esta vuelta le tocó a la leche en polvo para hacer leche condensada. Siempre lo digo, y es que la leche condensada es una de las cosas que más me gustan en la vida. No sé si será por la ascendencia brasuka o qué, pero es de esas cosas que cada vez que uso me encuentro chupando hasta la última gota de la lata. Mi tema con la leche condensada es que no es barata. Y uno pensaría «qué tanto» si no tiene ninguna ciencia… Y es que si leemos las latas la única leche condensada que se ve en las góndolas es importada de Chile.

Pero como soy tan miserable como curiosa, se me dio por googlear recetas de leche condensada casera. Y como también soy perfeccionista, no solo preparé sino que agregué mi toque personal.

Leche condensada

  • 3/4 de taza de azúcar (140 g)
  • 3/4 de taza de leche en polvo (85 g)
  • 1/2 taza de agua o leche (100 ml)
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

En un bol mezclar todos los ingredientes hasta integrar. Si la cosa se pone muy grumosa pasar todo por un colador.
Así de complicada, esta receta -supuestamente- (porque no lo verifiqué) rinde como una lata de leche condensada de 395 gramos (250 ml).

El veredicto

La verdad es que esta receta me sorprendió. Primero porque no creí que fuera a dar resultado y si bien tengo algunas críticas, son menores.

La apariencia es verdaderamente muy similar, incluso la textura. El azúcar se separa un poco (¿tal vez se podría cocinar?) pero mezclando se vuelve a integrar. EL sabor también es muy bueno. No es tal cual la industrial pero tiene el dulzor justo, que me desencadena unas ganas compulsivas de tomármela a cucharaditas.

Lo único que no me gusta de esta receta es que tiene un olor muy fuerte a leche en polvo, cosa que siempre me dio algo de asco. Esto se resuelve en parte agregando la esencia de vainilla (que es un agregado mío) y mejora otro tanto si usamos leche en lugar de agua. En ninguno de los casos el olor se va completamente, pero mejora muchísimo.

En conclusión muy rica, aunque tiene ese olorcete. ¿La volvería a hacer? Sin duda. Y es que no será lo mismo que tomar leche condensada de la lata, pero para usarla de ingrediente en recetas va como piña. Sola no se la banca, pero cuando le agregamos otros ingredientes el olor de la leche en polvo se diluye perfecto.

Variaciones

Esta receta rinde el equivalente a una lata. Si queremos hacer de a más, es tan simple como licuar bien lo siguiente:

  • 2 partes de azúcar
  • 2 partes de leche en polvo
  • 1 parte de agua o leche hirviendo

Si se quiere probar con endulzantes light (estos que son igualitos al azúcar) se debe usar la mitad del azúcar. ¿Yo? No lo recomiendo. El sabor, si bien parecido, es bastante amargo para mi gusto. Por ahí valdría la pena usar esta preparación como ingrediente de otra receta, pero no lo he probado.
UPDATE: Luego de experimentar con dos marcas de azúcar light doy fe que no son todos iguales. De las marcas que he probado, el Chango no tiene el sabor amargo que probé en la otra marca (que no recuerdo). Sigue sin ser idéntico, pero al menos no te dan ganas de tirar toda la preparación a la mierda.

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