Torta Rayada de Cocineros Argentinos

Hace algunas semanas llevamos al heredero a un pelotero. El muchacho está más que en edad de «largarlo», lo que permitió que me quedara haciendo algo de huevo mientras Mr. Dorima iba a una reunión. La cuestión fue que no había mucho clima para leer «The God Delusion» y el Wi-Fi del lugar jamás conectó… Así que me quedé viendo la tele del lugar, que estaba puesta en Cocineros Argentinos.

Viéndolo ahí me resultó un programa muy interesante, en el que enseñaban a hacer mil estilos diferentes de facturas (más adelante noté que probablemente fuera porque la tele estaba en «mute»). Así las cosas al día siguiente me fui a las interwebs a buscar la receta (solo para enterarme que jamás la subieron, bleh).
En la web de Cocineros Argentinos encontré mil recetas copadas, entre ellas una de una torta rayada que me dieron ganas de hacer. Así que varias semanas después cuando mi Má me pidió que me mandara una torta para el cumple de mi Pá supe qué iba a preparar. ¡Ah! Y como si eso fuera poco, el cumple de mi Pá se postergó tanto (quelevamuacer si juega Brasil) que se me juntó con el cumple de Cynthia, que también me pidió torta.

Lógicamente, con mis dos neuronas y media no me dio para hacer dos tortas diferentes e hice la receta dos veces en el mismo día.
Si bien lo que yo hice es casi igualito a lo del video, transcribo mi versión de la receta con las pequeñas diferencias que hubo.

Torta Rayada

  • 4 piononos
  • 1 bizcochuelo redondo de 24 cm de dos capas (puede ser comprado)
  • 1 litro de crema
  • 200 gramos de azúcar
  • 1 kg de dulde de leche repostero
  • leche para humedecer el bizcochuelo

 

Batir 250 ml de crema con 50 gramos de azúcar y reservar. Cortar el bizcochuelo en dos capas y cubrir una con esa porción de crema. Mandar al freezer un BUEN rato. La idea es que la crema se congele, para posteriormente soportar el peso del resto de la torta.

Cortar un pionono en 4 tiras (mitad y mitad de mitad) y untar cada tira con dulce de leche.
Enrollar el pionono untado hasta lograr un arrollado enano y bien gordo (cuando se termina una tira, sumarle la siguiente).

 


Colocar el arrollado en el centro del bizcochuelo y mandarlo de nuevo al freezer.

Cortar el segundo pionono, untar las tiras, sacar la torta del freezer y seguir armando el resto de la torta. Cuando no se esté manipulando la torta, que esté en el freezer.
Repetir con el tercer y cuarto pionono y de nuevo al freezer. Cabe destacar que no se usa todo el último pionono. En mi caso, usé apenas un poquito más de 1/4 del cuarto pionono (1 sola tira).

Batir otros 250 ml de crema con 50 gramos de azúcar y untar sobre el arrollado.
Humedecer la segunda capa de bizcochuelo y colocarla de tapa. De nuevo al freezer.

Batir otros 250 ml de crema con 50 gramos de azúcar y cubrir la torta a forma de crumb coat (capa preliminar para fijar las migas). Mandar al freezer por última vez hasta que la crumb coat esté bien firme.

Batir los últimos 250 ml de crema con los últimos 50 gramos de azúcar y decorar. Esta cantidad de crema alcanza perfecto para aplicar la técnica del video alrededor de la torta. Si se quiere usar la misma técnica en la parte superior, probablemente haga falta un poco más de crema (ni traté, así que no sabría cuando requiere). De más está decir que no hace falta usar espátula para arrastrar la crema, con una cucharita alcanza.

 

Una foto publicada por Antares (@antares_chan) el

 

Para que ambas tortas no me quedaran igualitas improvisé un estilo de cobertura que me resultó más elegantón para la torta de mi Pá.

He visto que hay gente que logra algo similar con cuchara. A mí con cuchara no me salió, pero sí con un ohashi (palito chino). Es tan simple como dibujar firuletes sobre la crema.

 

Una foto publicada por Antares (@antares_chan) el

 

Contras

Siendo que hice 2 veces esta receta en el mismo día (…y así quedé) me encontré con un par de dificultades que considero importantes.
La principal es que si bien en el programa dicen «aproximadamente 4 piononos» yo usé 3 y 1/4 (y un cachito más). Esto me complicó la primera torta, ya que me había hecho a la idea de dividir equitativamente el dulce de leche entre los 4 piononos.
Supuse que algo sobraría, pero no pensé que tanto… La cuestión fue que me sobró alrededor de 25% del dulce de leche que le había destinado a esa torta y siendo que compré ingredientes para dos, un pionono directamente quedó sin abrir. 🙁

Otro problema fue que no supe interpretar bien lo de «darle frío» a la primera base de bizcochuelo con crema. Más que «darle frío» debería ser «congelá esa crema, caramba» ya que de otra forma el peso del arrollado la termina expulsando hacia afuera (doy fe).

El último problema que tuve fue mínimo en comparación y fue la cuestión de untar el dulce de leche. El dulce repostero tiene agar-agar y pectina (lo verifiqué) lo que hace que sea algo engorroso de untar en temperaturas más o menos normales. Salvo que sea un día de MUCHO calor o que se esté en un estudio de televisión, más que una sugerencia diría que es una necesidad pasarlo por el microondas para ablandarlo.

Pros

Con eso de que no hace falta cocinar nada, esta torta se pasa de fácil de preparar. Es un poco aburrido repetir los mismos pasos tantas veces, pero seguro se hace ameno con algún asistente al lado (ni que sea pa’ cebarle unos mates a uno). Ni siquiera es tan cara si pensamos la barbaridad que rinde o lo que sale el kilo de torta en una confitería, panadería, MercaLibre, etc (si es que encontrás alguna que te haga esta torta).
Con aproximadamente 3 kilos y medio por torta realmente me preocupó que se rompieran las bandejas cada vez que tenía que manipularlas… Pero al menos me quedé tranquila que nadie se iba a quedar sin su segunda (o tercera o cuarta) porción.

 

Fumadísima velita LED que compró mi Pá.

Una observación que para mí fue importante es el hecho de usar las herramientas apropiadas. Siempre me quejé de que nunca me salía cubrir más o menos parejo los laterales de las tortas y la cuestión es que lo venía haciendo MAL. O más bien, con la espátula equivocada ya que para ese menester nada como LA espátula de repostería. En un bazar compré una de nylon que me salió 29 pé y el resultado NI. SE. COMPARA al desastre que siempre me salía.

Nada mal para hacerlo así nomás

 

El veredicto

Ya lo he dicho de otras recetas, pero esta torta debería estar prohibida por la convención de Ginebra. Esta torta es un arma de destrucción masiva.
Entre dulce de leche y crema, se nos agotaron los chistes de diabéticos. Y casi más que los de salud mental, ya que cada torta «rayada» fue servida ante una pareja de psicólogos y otra de psicoanalistas respectivamente (y reCUAC!)

Para la de Cyn usé bizcochuelo de vainilla

Y como si el tamaño y los ingredientes no fueran suficiente, resulta una torta linda a la vista («mira las raias» diría Steve Irwin). Algo difícil de servir hay que decir… pero que se logra bien con un cuchillo grande y una pala o espátula.

La realidad es que no se puede comer mucho de esta torta de una (bah, yo no pude… ¡y quería!). En ambos casos 6 comensales consumieron aproximadamente 1/4 de cada torta, por lo que  rendiría unas 24 porciones. Así las cosas, a cualquiera que la prepare le diría que no se olvide de llevar tuppercito a la reunión. Rinde tanto que no duele compartirla.

Una foto publicada por Antares (@antares_chan) el

 

Deja un comentario

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *