Frolitas

Siempre que hay acto en el cole del heredero (con su correspondiente feria del plato) recuerdo cuánto me gusta la pastafrola. Y compro. Y me desiluciono.
Por suerte no demasiado (hay que hacer una pastafrola que sea realmente fea), pero me mal acostumbraron. Porque así de rica era la pastafrola de mi querida suegra, Alicia. Y en serio, suegra ¿por qué dejaste de hacerla? Ciertamente no para que yo siga la tradición… ¡Tu frola es la mejor del mundo!

Así que en un arranque de genialidad (ojalá) se me dio por pedirle la receta. Para mi sorpresa la receta que me relató (de su memoria) era igualita a una que había encontrado online una vuelta, lo que dejó pensando. Si la pastafrola es así de «genérica»… ¿por qué es que no todo el mundo la hace tan rica como Alice?

Pero Uds. me conocen: saben que «menos es más» y siendo que estoy en el negocio de las miniaturas en vez de una tarta grandota, prefiero hacer tarteletitas chiquitas.

 

Pastafrola

  • 150 g de manteca (a temperatura ambiente)
  • 3 huevos
  • 400 g de harina leudante
  • 100 g de azúcar
  • 1 cucharada de coñac (optativo)
  • Ralladura de 1 limón
  • 300 gr de dulce de membrillo/batata/leche etc.*
  • Agua o vino para disolver el dulce

Colocar la harina y la manteca en un recipiente y desgranar la manteca.
Agregar la ralladura, 2 huevos, el azúcar y si se usa, también el coñac. Mezclar todo hasta obtener una masa homogénea. Usar las manos lo menos posible para evitar transferirle calor a la masa.
Chequear la consistencia de la masa y apartar ⅓ del total. Si se resquebraja, amasarla un poco para que tome calor. Si está muy pegajosa, ponerla un rato en la heladera para que tome un poco de consistencia.

Cortar el dulce en cuadraditos (asumiendo que estamos usando dulce sólido) y llevarlo al fuego con un poquitín de agua hasta disolver y lograr algo más cercano a la mermelada. Apartar.
Obviar todo este párrafo si se usa dulce blando.

Si como yo se tiene una mesa de madera donde TODO se pegotea, cortar el fondo y un lateral de una bolsa plástica y usarla de forro (también ayuda a tener que limpiar menos).
Con un palo de amasar estirar la masa hasta que tenga entre 3 y 5 milímetros de grosor, más o menos. Cortar círculos con un cortador de galletitas (o un vaso ancho en su defecto). Aceitar (o Fritolinear) moldecitos de tarteleta/muffin/cupcake y colocar en su interior los discos de masa.

 

 

Rellenar las tarteletas con el relleno a elección y precalentar el horno a 170° C.

Amasar tercio de masa que habíamos separado al principio y cortar tiras finitas para formar el enrejado. Ojo acá, que esta masa crece un poco. Lo más cómodo es hacer tiras bien finitas (5 mm) y armar un asterisco sobre las tartitas.

Batir el último huevo y pintar enrejado y bordes. Mandar al horno por 15-20 minutos o hasta que estén doraditas y la casa huela increíble.

 

*¿Querés hacer una frola grande en vez de frolitas? Usá un molde grande y 500 g de dulce en vez de los 300 de esta receta. Todo el resto es bastante igual.

 

Una foto publicada por Antares (@antares_chan) el

 

El veredicto:

No sé Uds. pero hecha con un dulce bueno (yo usé Esnaola) esta es mi pastafrola favorita. Así chiquitas, estas pastafrolas le dan protagonismo a la masa, que tan rica y limonosa es. Aparte que entran en la mano y son compactas, a diferencia de esas porciones grandes que tienen una molesta tendencia a romperse (cuando no caer al piso) justo en la mejor parte.
Nota mental: hacer galletitas con esta masa.

 

 

 

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