Muchas, muchas yerbas

Pucha, cuánto tiempo sin aparecer, ¿eh? Para variar, la vida me encuentra (si es que me encuentra) ocupadísima.

Talvez algunos ya lo sepan pero desde hace un par de meses estoy yendo al gimnasio. La verdad es que venía bastante bien, hasta que me lesioné y tuve que dejar mi Darth Pata en remojo por un tiempo.
Luego… ¡volví a lesionarme! Y estaría puteando mucho si no fuera porque me aumentó la movilidad en mi pata mocha. (Recuento: hace 10 años me operaron del pie. No quedó del todo bien y me afectó la movilidad de los dedos. ¿Ahora está mejorando?)
En otras épocas me hubiera puesto a confabular teorías conspirativas de mi pata, pero ahora me lo puedo tomar con mayor calma. ¿Duele? Duele. Pero como gano movilidad, no me hago drama. A esta altura no pretendo explicarlo.

 

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Hematomas espontáneos

  Así las cosas, no tener que ir al gym me rindió algo de tiempo extra con el cual hacer cosas que hace mucho no hacía. Entre ellas está dibujar. Realmente no recuerdo cuando fue la última vez que levanté un lápiz, pero me alegra ver que no solo no pierdo la mano: sino que algo mejoro. Otro misterio de la vida.  

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Work in progress, talvez por el resto de la vida.

 

Esta imagen está sin terminar y es muy probable que así quede, ya que al día siguiente de empezarla me trajeron la nueva versión de mi viejo amigo Animal Crossing, que tiene una conocida tendencia a robarme el alma.

 

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Devuélveme el alma, Nintendo…

 

Y este finde pasado me entretuve más de la cuenta.

 

El viernes nos juntamos con Dana & cia en el bar donde están trabajando Tom y Kythe (a quien no veía hace añares) aprovechando que Carla estaba de este lado del charco (ella vive en Uruguay). Lamentablemente me acabo de dar cuenta que no tengo una sola foto del encuentro (¡ni de la comida de Tom, que tan zarpada estaba!). 🙁

 

Ya el sábado fue el cumple de mi querida amiga Cynthia y pude cumplir mi promesa de hacerle una de mis célebres tortas de arco-iris. Fue la excusa perfecta para  conocer su no-tan-nuevo departamento, comer pizza y enviciarnos con los juegos de mesa de Mr. Dorima.

 

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Ñam.

Esa noche nos matamos a fuerza de Bang! y Agricola. El primero debe ser mi favorito (y creo que no soy la única) mientras que el segundo realmente no termina de convencerme… Al menos no tuve que jugar (justo sobraba un jugador) y me limité a «asesorar» a los jugadores más inexpertos. Básicamente jugué por dos, pero debo admitir que fue una experiencia interesante a pesar de muy cansadora.

Economía doméstica quema-cerebros.

El último motivo de mi gran desaparición estuvo motivado por Kirby. Desde su primer día en casa notamos que tenía una que otra pulga e hicimos lo posible por  ocuparnos del tema… Hasta que el tema por poco y no se ocupa de nosotros.
La verdad es que la invasión de pulgas no fue tan terrible (solo picaron a Mr. Dorima aparte de la minina), pero requirió medidas algo drásticas.  Personalmente culpo a la pipeta Frontline que a los sifonápteros no le hicieron ni cosquillas, terminando en una infestación nada agradable (en especial para la gata).
Al menos debo agradecer que Kirby -fiel a su carácter- ni al agua le tiene miedo y me facilitó mucho la vida a la hora de bañarla. También tuve que aprender a sentarme a despulgarla con el peine fino y recién después de varias docenas de bichosdemierda se dejó de rascar un poco.

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Purrumiau.

Hoy tocó rociar toda la casa con spray antipulgas. Crucen los dedos para que sirva y pueda sacar «prender fuego la casa» de la lista de alternativas.

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