Desde mi ventana 3

Cuando me mudé a esta parte de Flores a finales de 2009 me deparé con algunas cosas algo extrañas y creo que la más extraña de todas era la familia china que vivía enfrente.

A simple vista era una familia común y corriente que atendía su lavadero y tenía su casa justo encima. Lo raro aparecía cuando uno levantaba la cabeza a mirar el departamento que da a la calle: No hacía falta mucho para notar que el balcón y las paredes exteriores estaban cubiertas de algo brillante, que sin duda era papel de regalo metalizado.
Así las cosas, la mayor parte de los balcones estaba recubierta con esto y donde alcanzara el brazo, ahí había pegada una hoja entera de papel de regalo. La parte de afuera de la persiana, las barandas del balcón (de esas gordas, de edificio bien antiguo), todo cubierto de papel de regalo metalizado.
Lógicamente el papel (que es más bien plástico) no es un material para hacer revestimientos en exteriores así que cada tanto se despegaba y cada tanto lo reponían.

La única foto que logré sacar no lo llega a mostrar bien a causa del frondoso árbol, pero todo eso que se ve gris es el dichoso envoltorio.

 

Desde nuestro lado de la calle pensamos mil hipótesis para tratar de justificar la curiosa ¿decoración? pero ninguna que nos llegara a satisfacer, aparte de que estos chinos definitivamente estaban del tomate.

No recuerdo si fue a final del año pasado o a principio de este, pero el buen día que decidí mandar a lavar mi acolchado empecé a notar que el bendito lavadero cada día abría más tarde. Hasta que un día no abrió más, y la familia se mudó.
Recientemente pusieron protecciones en los balcones y la mayoría del papel se cayó o fue sacada, aunque algo queda. Otra familia -también china- se mudó y remontó el local -también un lavadero. Pero lo que me resulta más loco es que esta familia también tiene un bebé.
No porque los chinos vayan a reproducirse de alguna manera tan estrambótica como el «revestimiento» de esta casa, sino más bien porque el bebé de la familia actual tiene más o menos la misma edad que tenía el de la familia anterior la última vez que lo vi, y es como si en todo este tiempo no hubiera crecido nada.

En lo que me concierne este es un misterio jamás resuelto. Si me dicen que los de enfrente son la versión asiática de Los Locos Addams… creo que soy capaz de creérmelo.

EDIT:
Organizando archivos encontré otra foto del bendito balcón.

 

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