Microfibra

El año pasado me topé con una revista japonesa llamada «Kraso». Al tratarse de un catálogo, no tardé muchas páginas en «querer todo» apesar de que aparecieran varias cosas de dudosa utilidad.

Como es de costumbre cada vez que encuentro algo copante, le pasé las revistas a mi Má, quien pronto «quiso todo» también (es de familia, vio?).

Así las cosas la historia se remonta al mes pasado a Brasil, con mi madre vacacionando y habiéndose topado con un guante de limpieza hecho de microfibra, como mostraban en la revista.

Si bien los trapos de microfibra no son algo novedoso, a mi Má le pareció que era algo que podía regalarme, y me lo trajo.
Debo admitir que al principio me pareció que sería un chindougu de dudosa utilidad. O sea ¿cuánto mejor puede llegar a ser que un trapo o plumero, no?

Oh, qué equivocación. 

Como bien me dijo mi amiga Cynthia el otro día, «No hay error más grande que tener muebles negros» (aparte de talvez tenerlos blancos). Siendo que compartimos color de muebles, hubo que darle la razón: ¡a los 5 minutos de limpiar está todo sucio otra vez! El trapo es una porquería,y el plumero -al fin y al cabo- solo mueve la mugre de lugar.

Aquí es cuando me saco el sombrero ante el guante, porque:
– Efectivamente agarra el polvo (el guante pronto queda inmundo).
– Los flecos facilitan mucho la limpieza de cosas con recovecos.
– No es necesario frotar, como con trapo.
– Levanta polvo «pegado» solo con pasarlo.
– Desliza fácil sobre las superficies.

Ejemplo 1:
Tengo un sillón de computadora símil cuero que tiene unas costuras que para lo único que sirven es para juntar polvo. Son pequeñas, así que el plumero no entra y el trapo no desliza bien por el material. Junta mugre de lo lindo.
Con el guante de microfibra solo necesité deslizar los dedos por las costuras para que quedaran -talvez por primera vez en la vida- como la gente.

Ejemplo 2:
No sé exactamente cuando, pero el exterior de mi aspiradora se volvió una inmundicia. No sé si es el tipo de plástico y metal o talvez la estática, pero el polvo se le pega y no-fuckin’-sale. Pasarle el plumero es lo mismo que no pasárselo y el trapo solo hace «dibujitos» con la mugre. Un asco.
Díganme exagerada, pero pasarle la microfibra con desgano y ver que se limpiaba como si nada fue digno de la Dimensión Desconocida.

Limpiar el guante fue otro experimento interesante, ya que bastó ponerlo bajo la canilla y retorcerlo un poco para que se le saliera toda la mugre (no tenía intención de ponerlo en el lavarropas aun).

¿La contra? No sé si será por lo «micro» de la fibra, pero después de más de un día de haberlo lavado, apenas da señales de secarse. Supongo que habría que dejarlo al sol, pero en mi casa apenas hay.
Otra contra es que luego de usarlo por pocos minutos la costura de medio puño cedió. Ya lo reparé, pero espero que la próxima vez que lo use no tenga que coser la otra mitad. :/

Así las cosas me alegra mucho conseguir lo que sea que me facilite el trabajo doméstico. Aun si inspira las entradas más aburridas de este blog. xD

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